El acceso a los mecanismos de financiación formales es una de las necesidades más comunes y apremiantes de las unidades productivas de baja escala o Economía Popular. Las principales necesidades de este segmento poblacional, tradicionalmente desatendido, están asociadas con faltantes de liquidez recurrentes o financiación de inversiones de baja cuantía.
Es por esto por lo que, como una palanca clave de desarrollo económico y social sostenible, el Gobierno nacional trabaja en el diseño y estructuración de la estrategia de inclusión crediticia para la Economía Popular 2022–2026, que tiene como objetivo atender las diversas necesidades de financiamiento de las unidades productivas de baja escala y sustituir las onerosas fuentes de financiamiento informales.
De esta manera, la estrategia apunta a cerrar las brechas y desigualdades históricas existentes, para que las unidades más vulnerables puedan financiarse en condiciones favorables y acordes con sus necesidades, características y contexto. Una financiación accesible, flexible y útil resulta fundamental para contribuir a un mayor bienestar financiero, mejorar las condiciones de vida y facilitar la generación de capacidades de las unidades productivas de la Economía Popular. Para esto, la estrategia apunta a visibilizar los segmentos desatendidos de la economía popular con créditos por primera vez como puerta de entrada a los productos y servicios financieros, así como a profundizar el acceso a financiación de grupos o asociaciones que compartan intereses productivos o fines comunes.