39 años, tres hijos y 1.300 árboles de café que producen el sustento de toda una familia; ese podría ser en cifras el resumen de la vida de José Albeiro Muelas, un caficultor de la vereda San Isidro en el municipio de Piendamó (Cauca). Desde hace tres años José Albeiro es cliente del Banco Mundo Mujer, y dice agradecerle a la entidad porque gracias a ella ha podido organizar su casa, esa que él construyó con sus propias manos en la parte de adelante del lote en el que tiene sembrado el café; pero también le ha podido invertir a su negocio, comprando semillas, cambiando sus herramientas de trabajo, e incluso comprando una moto para poder transportarse y hacer sus diligencias.

Al Banco lo conoció en 2015, por recomendación de su padre; en ese entonces estaba necesitando recursos para comprar fertilizantes, razón por la cual gestionó un crédito de 600.000 pesos. Cuenta que en un comienzo tuvo un poco de desconfianza, porque ya había intentado con otras entidades y nunca le desembolsaron los recursos. En cambio, para su sorpresa, en Mundo Mujer fue muchísimo más rápido y sin la necesidad de demasiados documentos.

Motivado por esta buena experiencia, y después de pagar su compromiso, solicitó un nuevo préstamo, esta vez de $1.200.000; posteriormente hizo un tercero, esta vez para hacerle mejoras a su vivienda y para cambiar su vieja moto. Para este crédito, que actualmente está pagando, el plazo fue de 36 meses por valor de $ .300.000 pesos. “Lo que más me gusta del banco es la rapidez para hacer la gestión, en menos de 4 días le hacen el desembolso a uno”, afirma José Albeiro.

Asimismo, cuenta que otra de las ventajas que tiene es que los pagos los realiza en el corresponsal bancario que le queda cerca, y allí no hay que esperar ni hacer filas.

Actualmente él y su esposa, además de pagar el crédito están ahorrando con un propósito diferente, para bautizar a su hija menor. Su buena experiencia ha servido además para recomendarle el Banco a sus hermanos, que también son clientes.

El Banco para José Albeiro es como tener un amigo que lo apoya, el analista siempre le ha explicado muy bien lo de las tasas de interés y de educación financiera, lo han llamado de otros bancos para ofrecerles créditos, pero no le ha interesado, él prefiere ser leal a este amigo que le tendió la mano.